3 de enero de 2012

Un camino de aprendizajes

Llegar a la Universidad Autónoma de Barcelona a estudiar el Máster de Comunicación y Educación no fue sencillo. Trámites de visa, cuestiones administrativas, preocupaciones económicas, incertidumbres, despedidas, esperanzas marcaron el comienzo del viaje. Y creo que justamente las incomodidades y sobre todo el esfuerzo serían los mejores predictores de lo que supondría este año en mi vida.

Había estado en España, pero nunca en Barcelona. Había estudiado una maestría, pero nunca con personas de nacionalidades y profesiones tan diversas como del área de las comunicaciones, historia o filología. Lo desconocido, lo nuevo se convirtieron en el contexto perfecto para llenar mi estado, mis ansias de aprender, de aportar, de compartir.

El día de la inauguración llamó mi atención el compromiso que reflejaban los miembros del Gabinete de Comunicación y Educación para con el máster a pesar de ser la 19° edición. Tuvimos la oportunidad de escuchar a estudiantes de anteriores ediciones hablando de forma positiva de lo cursado. Es cierto que alguien que no esté satisfecho con el programa no hablaría negativamente delante de sus profesores. Sin embargo, pensé, habría la alternativa de no asistir al evento inaugural. Y ese no fue el caso. La acogida, la cercanía de los docentes y de la coordinadora del máster -incluso desde que estaba en pleno dilema sobre dónde y qué máster estudiar- me generaron más confianza en mi decisión.

Empezaron las clases. Aunque disfruté más unas que otras, para cada una de ellas intentaba pensar -al mismo tiempo que anotaba en mi cuaderno y escuchaba a los profesores- de qué manera podría aplicarlas en mi ejercicio profesional, cómo integrarlas con mi formación en psicología educacional.

Mi creatividad se despertó. Las ideas iban surgiendo y se unieron a las nuevas herramientas tecnológicas de las que nunca antes había escuchado o tenía únicamente una vaga noción de su funcionamiento. Cibernàrium tuvo mucho que ver en eso. Preparar las clases que como formadora impartiría en el Parc Tecnològic Barcelona Nord me permitieron empaparme de instrumentos que me servirían también y en un plazo inmediato. Como por ejemplo, Google docs. En los trabajos grupales lo empleábamos todo el tiempo. Era divertido saber que podíamos estar conectados en un mismo documento, editarlo en cualquier momento y chatear para intercambiar puntos de vista. Memorizame, que me ayudó a guardar y consultar mis sitios web preferidos desde cualquier computadora con acceso a Internet sin tener que depender de una sola. Para los dos talleres en los que participé, Campañas y Multimedia, teníamos una wiki desde la que podíamos consultar los documentos, calendario, actas, entre otras cosas. En fin, son muchas las herramientas que he convertido en mis aliadas.

Conceptos, procedimientos, actitudes. En suma, competencias adquiridas. Ahora, siento la motivación para continuar empleándolas y adquirir otras más. Ya estoy pensando en qué estudiar....porque el aprendizaje es ciertamente para toda la vida.