15 de diciembre de 2011

Reflexiones sobre el acceso a la información




Una de las competencias señaladas en la Carta Europea de Alfabetización Mediática firmada en 2006 en Bruselas sostiene que “las personas alfabetizadas en medios deben ser capaces de tener competencias de acceso e información de la gran diversidad de alternativas respecto a los tipos de medios que existen, así como a los contenidos provenientes de distintas fuentes culturales e institucionales” (Bazalgette, 2007, 137). A partir de ello quisiéramos hacer una reflexión respondiendo unas interrogantes: ¿qué factores pueden obstaculizar ese acceso y cuáles pueden empobrecer la diversidad?

Una de las características de la Sociedad de la Información (SI), es la gran cantidad de información existente y a la que “potencialmente” se puede acceder con mucha facilidad. Sin embargo, sería inexacto señalar que a mayor cantidad de información, mayor conocimiento. Así, existe una multiplicidad de factores que obstaculizan dicho acceso. Uno de ellos tiene que ver con el aspecto económico.

Algunas regiones del mundo aún no cuentan con los servicios básicos para cubrir necesidades primarias como alimentación y salud, o contar con una vivienda digna dotada de por lo menos agua y luz. En este contexto, acceder a tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es visto como algo secundario. En otros casos, se cuenta con algunos medios de comunicación tradicionales pero aún no con las nuevas tecnologías digitales.



Otra de las características de la SI es la homogeneización cultural (Coll y Monereo, 2008, 29). Esta se refiere a que la globalización no sólo afecta el ámbito de la economía, sino también de la cultura, en donde algunos valores y tradiciones culturales se estarían imponiendo sobre otros. Tal es el caso de los países más desarrollados, las grandes potencias mundiales. Si bien es cierto que ser parte de una comunidad mundial en la que se comparten ciertos valores puede ser beneficioso, esto tampoco debe afectar la identidad cultural que cada región tiene y que está fundada en las tradiciones transmitidas de generación en generación. Ningún extremo es bueno. Ni un aislamiento radical, ni tampoco una desaparición de lo que identifica a una cultura y la distingue de otras. En este sentido, en la introducción de las TIC, es necesario tomar en cuenta los valores locales y regionales para que ésta se lleve a cabo mediante un proceso de apropiación de los individuos y no de una presión agresiva.

La escuela tradicional ha perdido su poder como fuente exclusiva del saber. Ahora, se encuentra compitiendo con una “escuela paralela” dada por los medios de comunicación (Pérez Tornero, 2007, 5). Ante esta realidad -la invasión de los medios en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad- las actitudes de los docentes y comunicadores pueden convertirse en factores facilitadores u obstaculizadores del acceso a la información.

En el caso de los primeros, el continuar enseñando contenidos rígidos y poco prácticos en lugar de contemplar la potencial función escolarizadora de los medios, no constituye una adecuada alternativa para atraer el interés y atención de los estudiantes. Tampoco ayuda que adopten una actitud satanizadora, es decir, considerar que todo lo que de ellos se genera es negativo y debe, por ende, prohibirse.

Asimismo, el estado también cumple un rol importante. Si mantiene un papel paternalista y censor (Pérez Tornero, 2006, 6), no permitirá que las propias escuelas tengan una autonomía e independencia para adaptar el currículo al contexto práctico de sus localidades. Desde el estado se debe promover la capacitación a docentes en el uso de las TIC y, en colaboración con otras organizaciones, alfabetizar en medios a la población en general. Ciudadanos pasivos, que sólo recepcionan la información y que no se comprometen activamente, no contribuyen en la construcción de una sociedad que tenga acceso a la información. Y la falta de acceso tampoco ayuda en el desarrollo de este tipo de ciudadano, lo que se deriva en un círculo vicioso que debemos romper.

Por otra parte, no resulta beneficioso, la actitud irresponsable de algunos medios de comunicación de considerar que son las familias las que deben ocuparse de la formación y ellos de la educación o defender sus contenidos poco educativos diciendo que se estaría exagerando sobre el poder real que tienen los medios (Pérez Tornero, 2007, 13). Los contenidos que ofrecen los medios no son un espejo de la realidad (Fecé, 2005, 7) sino que constituyen representaciones que van a influir en la construcción del conocimiento. 


Como bien señala Tropea (2004, 29), la comunicación es estratégica y persuasiva; y la manipulación de los mensajes es pan de cada día. En consecuencia, se hace necesaria la existencia y defensa de un pluralismo. La presencia de unas pocas empresas y/o entidades no garantiza la diversidad de opiniones, pues se corre el riesgo de que unas ideas se propugnen como dominantes o incluso únicas dentro de una comunidad. La diferencia de opiniones genera oportunidades para reflexionar y cuestionar sobre el propio pensamiento. Una sola idea nos hace pensar que no hay nada más allá de ella.

Ante ello, se propone un encuentro entre ambas áreas, la educación y la comunicación. Un trabajo conjunto, con la finalidad de desarrollar en las personas una actitud crítica hacia el uso de los medios y un conocimiento de todo lo que éstos les pueden brindar para desarrollar al máximo el propio potencial.

Referencias bibliográficas
BAZALGETTE, C. (2007): “Carta europea de Educación en Medios (Bruselas)”, Comunicar, vol. 15, núm.  28, Huelva. Págs. 137-142. Disponible en http://redalyc.uaemex.mx/pdf/158/15802819.pdf
COLL, C. y MONEREO, C. (2008): Psicología de la Educación virtual: Aprender y enseñar con las Tecnologías de la Información y la Comunicación, Madrid, Morata.
FECÉ, J.L. (2005): Lectura crítica de los medios. Material de enseñanza del Máster Internacional de Comunicación y Educación, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona.
PÉREZ TORNERO, J. M. (2007): Comunicación y Educación. Mentor. Media Education.
PÉREZ TORNERO, J.M. (2006): Las escuelas y la enseñanza en la sociedad de la información. Material de enseñanza del Máster Internacional de Comunicación y Educación, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona.
TROPEA, F. (2004): El bit y la hormiga. Especificidades e interferencias entre lo interpersonal y lo mediático en la comunicación del final del milenio. Material de enseñanza del Máster Internacional de Comunicación y Educación, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona.



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